La crisis del año: cómo afecta en los más pequeños

Aunque no es nada grave, sí puede llegar a afectar al crecimiento de los niños, por lo que debemos estar atentos ante sus síntomas.

¿Cómo es la crisis de los 12 meses?

Durante sus primeros meses de vida, la alimentación de los niños está en constante evolución. Empiezan con la leche materna o de fórmula, de ahí pasan a las papillas y los purés y luego, poco a poco, es momento de introducir en su dieta alimentos más sólidos.
Pero suele ocurrir que, cuando el bebé está próximo al año de vida, experimenta algunos cambios en su conducta de alimentación. De repente, parece tener menos interés en los sólidos y demanda mamar más, cuando lo lógico sería que ocurriera justo lo contrario.

Un niño sano experimenta un ritmo de crecimiento muy rápido durante los primeros meses de vida, y esto cambia al llegar al año. Sobre los 12 meses se produce una ralentización en el crecimiento y, como no necesitan tanta energía, los pequeños reducen la cantidad de alimentos que necesitan tomar. Para la mayoría, la lactancia les ofrece todos los nutrientes que necesitan en esta etapa de su vida, así que no es raro que rechacen los alimentos sólidos o muestren menos interés por tomarlos.

¿Cuánto dura el brote de crecimiento de los 12 meses?

El crecimiento de los bebés se ralentiza al cumplir estos un año, pero es algo temporáneo. A partir de los 15-18 meses el crecimiento vuelve a acelerarse, y es normal que los niños tengan más hambre. Es entonces cuando puedes apreciar que demandan más alimentos.
Si para entonces sigues dando el pecho, ya no será suficiente para el pequeño, que empezará a demandar otro tipo de alimentos que le aporten más nutrientes.

Por tanto, si te preguntabas "¿cuánto dura la crisis de lactancia del año?", ya has visto que es solo cuestión de unos meses. En poco tiempo, el niño estará comiendo tanto o más que antes, porque entonces su cuerpo lo necesitará.

¿Cómo superar la crisis de los 12 meses o crisis del año?

La crisis del año se supera sola, a medida que el crecimiento sigue su avance. Lo mejor que podemos hacer los padres en estos casos es estar tranquilos, puesto que los niños perciben nuestro estado de ánimo.

En ningún caso debes forzar al niño a comer. Si sigues dando el pecho, hazlo a demanda. En esta nueva etapa tu cuerpo adaptará la producción de leche a las necesidades del bebé. En caso de que ya hayas dejado la lactancia, ajusta el volumen de sólidos que le das a tu bebé, quizá durante una temporada tengas que preparar menos cantidad de comida.

Si no has terminado la lactancia y estás pensando en hacerlo ahora, te recomendamos que esperes a que el niño pase por esta crisis, puesto que la leche materna continúa siendo un alimento muy nutritivo para los niños de un año. Lo que te aconsejamos como expertos es que alimentes al pequeño en un lugar tranquilo y libre de distracciones.

Si mantienes la lactancia durante más tiempo, debes tener presente que tras la crisis de los 12 meses llega una a los dos años. En esta etapa, los niños demandan el pecho de una manera continuada, casi como si fueran recién nacidos y, si no logran salirse con la suya, se muestran irritados y nerviosos. En este caso no piden mamar porque realmente lo necesiten, sino porque para ellos el mamar les aporta seguridad, y los dos años es una época convulsa en la que los niños han dejado de ser bebés y su recién adquirida independencia les causa inseguridad.

La crisis del año es algo perfectamente normal que sobre llevarás bien con paciencia y cariño. Para asegurarte de que tu hijo siempre está en las mejores condiciones de salud, puedes contar con nuestro Seguro de Salud que cuenta con los mejores expertos en pediatría.