Cómo evitar y tratar un golpe de calor

Aunque tengas esta seguridad, siempre es mejor que intentes cuidar tu salud todo lo posible y ahora que las temperaturas empiezan a ser altas, esto incluye tomar medidas para evitar un golpe de calor.

Lo primero que debes tener claro es que este fenómeno se puede producir en personas de cualquier edad, pero se vuelve especialmente peligroso en el caso de niños y ancianos, por lo que hay que tener mucho cuidado con ellos e intentar que estén en un ambiente fresco, aunque no se tenga aire acondicionado.

El golpe de calor es un trastorno que, como su propio nombre indica, aparece de manera repentina y está provocado por un exceso de calor en el cuerpo. Cuando lo padecemos, es porque nuestra temperatura interna ha alcanzado ya los 40º C.

Los síntomas más habituales de un golpe de calor son:

• Imposibilidad de sudar de una manera normal a pesar de que se tiene mucho calor (anhidrosis).
• Problemas de coordinación y a la hora de ejecutar movimientos (ataxia).
• Presencia de delirios y confusión, incluso de desorientación.
• Piel con aspecto enrojecido o pálida.
• Presencia de náuseas y vómitos.
• Dolor de cabeza.
• Respiración irregular y rápida con sonidos pulmonares anormales.
• Aumento de la frecuencia cardiaca.
• Debilidad generalizada.

Si no puedes evitar el golpe de calor y sus síntomas hacen acto de presencia, tienes que ponerte en contacto con los especialistas de tu Seguro de Salud privado, porque este es un trastorno que puede llegar a ser muy grave (incluso mortal) si no se trata a tiempo y de la forma debida.

Durante el golpe de calor, el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos están sufriendo graves daños, y cuanto más se demore la atención médica, más graves serán esos daños.

¿Qué comer / beber después de un golpe de calor?

Hay que aportarle hidratación al organismo, así que lo indicado es beber agua, mejor si no es agua fría, y tomarla a pequeños sorbos para comprobar que el cuerpo la puede asimilar bien.

Un alimento muy recomendado en estos casos es la sandía, que tiene un alto contenido en agua y también aporta un poco de azúcar. Otra buena alternativa son los tomates, como son ricos en vitaminas y minerales, ayudan a controlar el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, contribuyendo a que el cuerpo vuelva a la normalidad lo antes posible.

La manzana es otra fruta a tener en cuenta ante un golpe de calor, porque además de vitaminas, fibra y minerales, estimula la generación de líquidos en el cuerpo.
Aunque parece que lo lógico en estos casos sería tomar bebidas frías, esto no es nada recomendable. El agua debe ser "del tiempo". Además, se recomienda la ingesta de bebidas calientes, porque ayudan a controlar la temperatura del cuerpo.

Si tenemos mucho calor y tomamos una bebida fría, el cuerpo tendrá que trabajar de forma más intensa para generar un calor que le ayude a compensar ese cambio de temperatura. La consecuencia es que sentiremos todavía más calor. Por eso, son mejores en estos casos las bebidas calientes o, al menos, que no estén refrigeradas.

Estos consejos son útiles para recuperarse de un golpe de calor, pero también para evitarlo. Si te mantienes hidratado y le aportas a tu cuerpo los nutrientes que necesita, tendrás menos riesgo de padecer un episodio de este tipo.

Recuerda, estamos hablando de algo muy serio y peligroso para la salud. Es recomendable hacer todo lo posible para evitar el golpe de calor, pero si esto no fuera posible, contacta con tu Seguro de Salud privado para recibir atención lo antes posible.